Wednesday, June 13, 2012

Laberintos iniciáticos: mandalas




Los laberintos también llamados mandalas (en sánscrito "círculo que contiene al Ser") fueron usados desde los orígenes del hombre para la creación de un espacio espiritual, de meditación, un lugar donde los planos visibles e invisibles se fusionan.

Laberinto Celta rectangular

Hay laberintos en todo el mundo, en todas las culturas, y a través del tiempo, desde el norte de Europa, India, Perú etc.
Los laberintos no son exclusividad de una religión pueden ser recorridos por personas de distintas creencias, religiones, credos o practicas espirituales; ellos retienen, mueven y desarrollan la energía espiritual, al recorrerlo se experimenta un sentimiento de paz en el corazón, el alma y el espíritu, el laberinto es un viaje al interior de uno mismo, hacia el propio ser.
Considerado como un espacio mágico, el laberinto de círculos ofrece un aprendizaje tanto físico como mental y espiritual.
El recorrido por este espacio nos enseña a llegar al centro de un problema y a saber salir de él, es un camino de sabiduría y experiencia.
Si se contempla un laberinto clásico se notará las correspondencias con los siete chakras los siete colores, las siete notas musicales, etc.
El círculo es universalmente reconocido como símbolo de totalidad y unidad; la espiral, de transformación y crecimiento.
Los Laberintos de Chartres y de Sens son circuitos de once vueltas, y de una sola vía, que conduce siempre hacia el centro, sin caminos falsos ni riesgo de perderse, y retorna hacia la salida.
El camino hacia adentro facilita la limpieza y aquietamiento de la mente; el espacio central es un lugar de meditación y contemplación para permanecer receptivos a las bendiciones del silencio; el camino hacia afuera, conduce a la integración de la creatividad y el poder amoroso del alma en el mundo. Si se recorre con la mente y el corazón abiertos, el laberinto se convierte en un espejo que responde a las preguntas acerca de quiénes somos y dónde estamos en nuestra vida.
Mandalas

Mandala significa círculo en sánscrito. Esta palabra es también conocida como rueda y totalidad. Más allá de su definición como palabra, desde el punto de vista espiritual es un centro energético de equilibrio y purificación que ayuda a transformar el entorno y la mente. También se le define como un sistema ideográfico contenedor de un espacio sagrado.

Los mandalas son utilizados desde tiempos remotos. Tienen su origen en la India y se propagaron en las culturas orientales, en las indígenas de América y en los aborígenes de Australia. En la cultura occidental, fue Carl G. Jung, quien los utilizó en terapias con el objetivo de alcanzar la búsqueda de individualidad en los seres humanos. Jung solía interpretar sus sueños dibujando un mandala diariamente, en esta actividad descubrió la relación que éstos tenían con su centro y a partir de allí elaboró una teoría sobre la estructura de la psique humana.

Según Carl Jung, los mandalas representan la totalidad de la mente, abarcando tanto el consciente como el inconsciente. Afirmó que el arquetipo de estos dibujos se encuentra firmemente anclado en el subconsciente colectivo.

Los mandalas también son definidos como un diagrama cosmológico que puede ser utilizado para la meditación. Consiste en una serie de formas geométricas concéntricas organizadas en diversos niveles visuales. Las formas básicas más utilizadas son: círculos, triángulos, cuadrados y rectángulos.

Estas figuras pueden ser creadas en forma bidimensional o tridimensional. Por ejemplo, en la India hay un gran número de templos realizados en forma de mandalas. Los diseños son muy variados, pero mantienen características similares: un centro y puntos cardinales contenido en círculos y dispuestos con cierta simetría.

Según la Psicología, el mandala representa al ser humano. Interactuar con ellos te ayuda a curar la fragmentación psíquica y espiritual, a manifestar tu creatividad y a reconectarte con tu ser esencial. Es como comenzar un viaje hacia tu esencia, te abre puertas hasta ahora desconocidas y hace que brote tu sabiduría interior. Integrarlas a tu vida te dará centro y la sensación de calma en medio de las tormentas.
El trabajo de meditación con mandalas puede consistir en la observación o el dibujo de éstos. En el primer caso, con sólo sentarte en un lugar cómodo, lograr una respiración rítmica y profunda, y disponerte a observar algún mandala de tu elección, puede llevarte a un estado de relajación y te sentirás más alerta ante los hechos que suceden a tu alrededor. El proceso de observación puede durar entre tres y cinco minutos.

En el segundo caso, puedes dibujar mandalas o colorearlas. Se recomienda que si estás vinculándote con estas imágenes, comiences por pintarlas. Para ello, escoge un modelo que te inspire, selecciona los instrumentos (colores, marcadores, acuarelas, por ejemplo), y luego instálate en un sitio tranquilo. Puedes colocar música si lo deseas y comienza tu trabajo. Hay técnicas variadas, todo dependerá del tu estado de ánimo y de lo que el mandala que desees pintar te transmita. Si crees que necesitas ayuda para exteriorizar tus emociones, puedes colorearlas de adentro hacia fuera; si por el contrario, quieres buscar tu centro, píntalas de afuera hacia adentro.

Este es un trabajo que puede hacer cualquier persona, sin importar su edad o religión. Es una práctica sencilla que redundará en beneficios personales y en la consecución del equilibrio interno.

Formas y sus significados

Los mandalas no son simples dibujos de colores. Todos los elementos que en ellos se integran tienen un significado. Conocé algunos de los más utilizados:

• Círculo: movimiento. Lo absoluto. El verdadero yo.
• Corazón: sol. Amor. Felicidad. Alegría. Sentimiento de unión.
• Cruz: unión del cielo y la tierra. Vida y muerte. Lo consciente y lo inconsciente.
• Cuadrado: procesos de la naturaleza. Estabilidad. Equilibrio.
• Estrella: símbolo de lo espiritual. Libertad. Elevación.
• Espiral: vitalidad. Energías curativas. Búsqueda constante de la totalidad.
• Hexágono: unión de los contrarios.
• Laberinto: implica la búsqueda del propio centro.
• Mariposa: auto renovación del alma. Transformación y muerte.
• Pentágono: silueta del cuerpo humano. Tierra, agua, fuego.
• Rectángulo: estabilidad. Rendimiento del intelecto. La vida terrenal.
• Triángulo: agua, inconsciente (hacia abajo); vitalidad, transformación (hacia arriba); agresión hacia uno mismo (hacia el centro).
  
¿Qué quieren decir los colores?

El uso de los colores en los mandalas también tiene un significado especial. Su uso está relacionado con el estado de ánimo de quien los pinta o dibuja. Descubre lo que esconde cada tonalidad:

• Blanco: nada, pureza, iluminación, perfección.
• Negro: muerte, limitación personal, misterio, renacimiento, ignorancia.
• Gris: neutralidad, sabiduría, renovación.
• Rojo: masculino, sensualidad, amor, arraigamiento, pasión.
• Azul: tranquilidad, paz, felicidad, satisfacción, alegría.
• Amarillo: sol, luz, jovialidad, simpatía, receptividad.
• Naranja: energía, dinamismo, ambición, ternura, valor.
• Rosa: aspectos femeninos e infantiles, dulzura, altruismo.
• Morado: amor al prójimo, idealismo y sabiduría.
• Verde: naturaleza, equilibrio, crecimiento, esperanza.
• Violeta: música, magia, espiritualidad, transformación, inspiración.
• Oro: sabiduría, claridad, lucidez, vitalidad.
• Plata: capacidades extrasensoriales, emociones fluctuantes, bienestar