En nuestra
investigación sobre el niño índigo, hemos descubierto un hecho evidente: aunque
estos niños son un grupo de seres relativamente nuevos, su sabiduría atemporal
nos muestra una forma de ser nueva y más amable, no sólo con respecto a ellos
sino también entre nosotros.
En primer lugar, veamos la definición: un niño índigo es
aquel que manifiesta un conjunto de características psicológicas nuevas e
inusitadas y presenta un patrón de comportamiento que no suele estar
documentado.
En 1982, Nancy Ann Tappe escribió un libro titulado
Understanding Your Life Through Color, la primera publicación conocida en la
cual se identifican los patrones de conducta de estos niños nuevos. Nancy
clasificó ciertos tipos de comportamiento humano en grupos de colores y, de
forma intuitiva, creó un sistema notablemente preciso y revelador.
Para aquellos que piensan que clasificar a los seres humanos
por grupos de colores es extraño y sólo vale para los interesados en
metafísica, recomendamos un libro recién publicado The Color Code: A New Way lo
See Yourself, Your Relationships, and Life, del doctor Hartman Taylor. Este
libro no tiene nada que ver el niño índigo, y sólo lo mencionamos para
demostrar que asociar los colores con las características humanas no es nada
extraño. El libro de Hartman trata del modelo hipocrático o medieval de
tipificar las personalidades (sanguíneo, melancólico, flemático y colérico) y
asigna un color a cada una: rojo, azul, blanco y amarillo.
Como hemos dicho, las agrupaciones por colores de Nancy
Tappe son intuitivas, pero también muy exactas, y se basan en la observación
práctica. Uno de los grupos de colores que ella menciona es, como el lector ya
habrá adivinado, el índigo. Esta clasificación revela con gran precisión el
nuevo tipo de niño... ¡y lo hizo hace veintiún años!
Superdotados
Ya se sabe que el niño índigo nace superdotado. Muchos de
ellos son filósofos por naturaleza, que se plantean el sentido de la vida y la
forma de salvar el planeta. Son grandes científicos, inventores y artistas
innatos. Sin embargo, nuestra sociedad, basada en la energía antigua, está
sofocando los dones que tienen estos niños.
A veces, se comete el error de pensar que muchos niños
superdotados tienen "problemas de aprendizaje", según la National
Foundation for Gifted and Creative Children, una organización no gubernamental
y sin fines de lucro cuyo objetivo primordial es la asistencia a estos niños
tan valiosos. "El sistema de educación pública destruye a muchos niños
superdotados. A muchos de ellos les ponen por error la etiqueta de "falta
de atención o hiperactividad", y muchos padres no se dan cuenta de que sus
hijos podrían ser superdotados en potencia."
La Fundación menciona las siguientes características para
que los padres puedan darse cuenta si su hijo es superdotado:
· Tiene una gran sensibilidad.
· Tiene una cantidad impresionante de energía.
· Se aburre fácilmente; a veces, parece que tiene muy poca
capacidad de concentración.
· Necesita estar rodeado de adultos emocionalmente estables
y seguros.
· Se resiste a la autoridad, a menos que se presente
democráticamente.
· Tiene sus propios métodos de aprendizaje, sobre todo en
lectura y matemáticas.
· A veces se frustra enseguida, porque tiene grandes ideas,
pero le faltan los recursos o las personas necesarios para ayudarlo a llevarlas
a cabo.
· Aprende a través de la exploración, y se resiste a
aprender de memoria o a limitarse a escuchar.
· Es incapaz de permanecer sentado y quieto, a menos que
esté absorto en algo que sea de su interés.
· Es muy compasivo, y tiene muchos temores, por ejemplo a la
muerte y a la pérdida de sus seres queridos.
· Si experimenta el fracaso, es posible que se rinda de
inmediato y desarrolle bloqueos de aprendizaje permanentes.
La organización coincide con nuestras conclusiones de que
"es posible que los niños superdotados se retraigan cuando se sienten
amenazados o alienados y tal vez sacrifiquen su creatividad con el fin de
"integrarse". Muchos de los niños a los que hacemos pruebas muestran
un coeficiente intelectual elevado, pero a menudo tienen "congelada"
la creatividad."
Características del Niño Índigo
Estos niños vienen al mundo respetándose a sí mismos y
absolutamente conscientes de que son hijos de Dios, y se sienten bastante
confundidos y consternados si sus padres no tienen la misma sensación de ser,
por encima de todo, seres espirituales. Por lo tanto, es esencial que los
padres se respeten a sí mismos. No hay nada que el niño índigo desprecie más
que unos padres que no se ganan el respeto de sus hijos, sino que, por el
contrario, ejercen en el niño su poder y su responsabilidad parental.
El respeto por sí mismo tiene que venir desde adentro. Si
uno se limita a seguir las técnicas que recomienda algún "experto",
estos niños se dan cuenta. Hay que ser sincero y ser como se es realmente, y
todo lo que uno puede ser. Tiene que ser un modelo para sus hijos, porque ellos
aprenden fundamentalmente siguiendo el ejemplo de sus padres, más que sus
palabras. Si estos niños perciben que el ejemplo de sus padres no tiene
integridad, se alejarán. De todos modos, nunca van a imitar a sus padres al
cien por ciento, porque sin duda tienen su propia identidad.
La libertad es muy importante para el niño índigo. La
auténtica libertad va acompañada de la responsabilidad por las decisiones
tomadas, decisiones que deben ser adecuadas al grado de madurez del niño.
Por lo general, estos niños son criaturas independientes; de
modo que cuando se salen con la suya, no tenemos que tomarlo como una cuestión
personal. Tienen unos objetivos muy claros, aunque a veces nos da la sensación
de que arremeten contra nosotros como un tren de carga.
Son lo que Comen
Este es otro aspecto en el cual los niños nuevos no tienen
la misma herencia que nosotros. Comer no es tan importante para ellos. No
suelen consumir gran cantidad de comida, lo cual preocupa bastante a muchos
padres, por irónico que parezca, con lo nerviosos que nos pone nuestro propio
peso. Ellos comen lo que necesitan para alimentar su cuerpo; no morirán de
hambre.
Estos niños son compasivos con otros seres vivos: el
planeta, la vida en general, los animales, las plantas y las demás personas.
Reaccionan ante la crueldad, la injusticia, la inhumanidad, la estupidez y la
falta de sensibilidad. Aunque quieren cosas, no son materialistas (a menos que
los consientan demasiado) y suelen ser generosos.
Estos niños están totalmente decididos a conseguir lo que se
proponen. Lo malo es que perseveran insistentemente hasta que consiguen lo que
quieren. Es preferible decir: "dame tiempo para pensarlo", en lugar
de decir que no de buenas a primeras. Por lo general, tienen buenos motivos para
lo que quieren, con lo cual es posible que nos hagan replantearnos la respuesta
y echarnos atrás.
El Sentido de Responsabilidad
La primera norma con el niño índigo es tener menos reglas y
más pautas y principios de comportamiento. Si ellos tienen valores y
principios, pueden encontrar la mejor manera de hacer las cosas. Hemos de
ayudarles a elaborar un código ético que nazca del corazón, de modo que cuando
no estemos presentes, sus relaciones y sus decisiones procedan del amor, en
lugar de depender de una figura de autoridad que les diga lo que tienen que
hacer, o de esperar a que esta figura de autoridad desaparezca para hacer
exactamente lo que les dé la gana.
La mayoría de los seres humanos no reacciona bien ante las
órdenes. Es mejor ser un confidente y un asesor cariñoso y digno de confianza
que no ser más que alguien que impone una disciplina. Hay que definir muy bien
los límites, antes de imponerlos. Las demandas han de estar orientadas al nivel
del niño. Hay que dar cabida a la responsabilidad infantil y dejar que el niño
aprenda de las consecuencias lógicas y naturales. Conviene discutir los temas
con los niños y dejarles opinar. Si confiamos en ellos, es probable que sean
dignos de confianza.
El Amor es la Clave
Hemos de tener en cuenta que este hijo nuestro ha tenido
tantas vidas (más o menos) como nosotros y, por lo tanto, es un ser espiritual
igual que nosotros, con sus propias experiencias, talentos, karmas y rasgos de
personalidad. Los niños se han encarnado para estar con nosotros. Nos han
escogido como padres para aprender ciertas lecciones, adquirir experiencia,
desarrollar determinados aspectos de su personalidad y trabajar para reforzar
los aspectos más débiles de su desarrollo espiritual.
Pero esto no nos absuelve de nuestras responsabilidades como
padres, aunque sí de ser totalmente responsables por aquello en lo que se han
convertido nuestros hijos. Como seres espirituales, son iguales que nosotros.
Esta vez han elegido ser hijos nuestros; puede que nosotros fuéramos hijos
suyos en alguna otra vida. Los padres dicen a menudo: "espera a tener tus
propios hijos. ¡Espero que sean igualitos a ti!". Puede ser que por eso
nuestros hijos hayan llegado a ser hijos nuestros esta vez. Nos parecemos más a
nuestros hijos, y ellos a nosotros, de lo que queremos admitir.
La máxima oportunidad de crecer que tenemos es a través de
nuestras relaciones con los demás. Sólo en la medida en que nos vemos
reflejados en ellos nos llega la retroalimentación de lo que somos. Si podemos
ver los temas que nos plantean nuestros hijos como una oportunidad para
desarrollar tanto nuestra personalidad como la de ellos, los problemas nos
parecerán mucho menos problemáticos. Las dificultades sólo aumentan cuando nos
preocupamos, echamos la culpa o tratamos de evadirnos de los desafíos que ellos
nos plantean. Fijémonos en aquello que nos cuesta manejar en nuestros hijos, y
veremos lo que podemos aprender.
Hemos de sentirnos honrados, porque nos han escogido por un
motivo, y debemos ponernos a la altura de la situación. Hemos de brindarles
nuestro tiempo, nuestra atención y a nosotros mismos: en esto consiste el amor.
Los niños recuerdan los acontecimientos importantes que han pasado con
nosotros, pero no recuerdan con qué frecuencia se produjeron, de modo que hemos
de entregarnos plenamente, cada vez que podamos.
Juegos y Risa
Cuando jugamos con los pequeños, los ángeles juegan con las
estrellas. El poder del juego abre las puertas del universo, donde todos
jugamos con el Creador a un juego jubiloso, un juego amoroso: dar y recibir.
Debemos respetar y aprender de la intención de jugar que tienen los pequeños.
Ellos nos enseñarán la inocencia de su corazón, que abraza el amor
incondicional. Ellos heredarán la tierra con este amor.
Dentro de la mente y el corazón de los niños, están sus
imaginaciones y sus visiones del planeta Tierra. Esta es la misión del niño
índigo: preparar a la humanidad para el canto universal del amor. Estas
visiones inspirarán el mismo canto en todo el universo. Escuchemos estas
visiones. Veamos su esperanza y guiémosla, porque es la visión del mañana en
las imaginaciones de hoy.
La clave es la risa! Escuchemos cómo ríen los pequeños.
Cuando ellos ríen, las estrellas rebosan de alegría, porque su risa es alegría
y esperanza por la luz nueva que ilumina el planeta Tierra, el planeta de la
libre elección, el planeta de la risa. ¿No están demasiado serios nuestros
hijos? Y las personas mayores, ¿no les están enseñando a los pequeños con su
ejemplo? Riámonos con esto y comprendamos que los pequeños también tienen que
hacerlo. Lo exige el corazón. Lo exigen las estrellas. Lo exige el universo. La
risa es necesaria para que el planeta siga vibrando con amor, alegría y paz.
¡Riamos con los pequeños!
Hay cuatro tipos diferentes de Índigos, cada uno con un
propósito
1. El humanista: el primero es el Índigo humanista que está
destinado a trabajar con las masas. Ellos son los médicos, abogados,
profesores, comerciantes, ejecutivos y políticos del mañana. Ellos servirán a
las masas y son muy hiperactivos y extremadamente sociables. Ellos hablarán con
todo el mundo, siempre en forma muy, pero muy amigable. Ellos son desastrosos
desde el punto de vista motriz, y son muy hiperactivos. Algunas veces se
estrellarán contra una pared porque olvidaron poner los frenos. Ellos no saben
cómo jugar con un juguete, pero le sacarán todas las partes que contengan y
probablemente después no lo vuelvan a tocar. Son del tipo de persona al que hay
que recordarles las cosas permanentemente, porque a menudo se olvidan de las
órdenes simples y se distraen. Si usted quiere que ellos limpien el cuarto,
ellos comenzarán a limpiar hasta que se encuentren con un libro y entonces se
sentarán a leer, porque son lectores feroces. Un día, durante un vuelo en
avión, un pequeño niño de 3 años estaba creando un gran bullicio. Su madre le
dio para entretenerlo un panfleto de las instrucciones de Seguridad. El niño lo
abrió, se sentó con una expresión de gran seriedad lo recorrió como si lo
estuviera leyendo. Lo estudió durante 5 minutos y aunque no sabía leer, él
creía que sí sabia. Ese es un típico índigo Humanista.
2. El conceptual: Los Índigos conceptuales están más
interesados en proyectos que en personas. Ellos serán los ingenieros,
arquitectos, diseñadores, astronautas, pilotos y militares del mañana. Ellos no
son torpes, por el contrario, son niños muy atléticos. Son controladores y la
persona que más tratan de controlar es a su madre si son niños, y a su padre si
son niñas. Este tipo de Índigo tiene tendencia a la adicción, especialmente a
drogas durante la adolescencia. Sus padres deben vigilar estrechamente sus
patrones de comportamiento y cuando ellos empiezan a esconder cosas o a decir
cosas como: "no te acerques a mi cuarto" es cuando la madre necesita
revisar su habitación.
3. El artista: El Índigo Artista es mucho más sensible y su
cuerpo a menudo es más pequeño, aunque eso no es una regla general. Están más
inclinados hacia el arte, son muy creativos y serán los profesores y artistas
del mañana. Sea lo que sea a lo que se dediquen, siempre estarán orientados
hacia el lado creativo. Dentro del campo de la medicina, serán cirujanos o
investigadores. En el campo de las artes, serán los actores. Entre los 4 y los
10 años, ellos pueden involucrarse en hasta 15 actividades creativas
diferentes, le dedicarán 5 minutos a una y luego la abandonarán. Así que
siempre le digo a las madres de músicos y artistas: “no compren los instrumentos,
mejor alquilen”. El Índigo artista puede trabajar con hasta 5 instrumentos
diferentes y en la adolescencia escogerá uno y se empeñará para convertirse en
un verdadero artista.
4. El interdimensional: El Índigo interdimensional es mucho
más grande que los demás índigos, desde el punto de vista de la estatura. Entre
los 1 y 2 años ya no les podrá decir nada. Ellos dirán: "Yo ya lo sé"
o "Yo puedo hacer eso", o "Déjame sólo”. Son ellos quienes
traerán nuevas filosofías y espiritualidad a este mundo. Pueden llegar a
convertirse en bravucones y jactanciosos porque son mucho más grandes y también
porque no encajan en ningún patrón de los otros 3 tipos.
¿Qué podemos hacer?
Estos niños están aquí para ayudarnos en la transformación
del mundo. Por lo tanto, debemos aprender con ellos, principalmente escuchando
y observándolos. No obstante, hay algunas reglas básicas que debemos tener en
cuenta para no perdernos el brillo de estos niños.
• Trate a los Índigo con respeto - Honre su existencia en la
familia.
• Ayúdelos a crear sus propias soluciones disciplinarias.
• Siempre deles a elegir.
• Nunca los desprecie ni los haga sentir pequeños
• Explíqueles siempre el por qué de las instrucciones que
usted da. Escuche esas explicaciones. No use la estúpida frase de: "porque
yo lo digo". Si usted usa semejantes expresiones, entonces reconsidere sus
instrucciones y corríjalas. Ellos la/lo respetarán por ello y esperarán. Pero
si usted les da órdenes autoritarias y dictatoriales, sin bondad ni razones
sólidas, estos niños lo derrotarán. Simplemente no obedecerán o, lo que es
peor, le darán una lista de razones que descalifican sus intenciones. Algunas
veces sus razones pueden ser sencillas como: "porque esto me ayudará hoy,
pues estoy realmente cansada/o". La honestidad vencerá como nunca antes.
Ellos pensarán en eso y obedecerán.
• Conviértalos socios en su propia crianza - piense bastante
sobre este punto.
• Desde la temprana infancia explíqueles todo lo que usted
está haciendo. Tal vez ellos no entiendan, pero ellos percibirán su consciencia
y su honra por ellos. Esto es una tremenda pista antes de que ellos aprendan a
hablar.
• Si surgieran problemas serios, hágalos examinar primero
antes de iniciar un tratamiento basado en drogas.
• Proporciónele seguridad cuando usted le brinde apoyo.
Evite críticas negativas. Siempre hágales saber que usted los apoyará en todo
momento. Ellos crecerán de acuerdo a sus verbalizaciones y lo sorprenderán en
el proceso. Entonces, celebren juntos. No los haga hacer simplemente, sino
permita que ellos lo hagan con apoyo.
• No les diga quiénes son, ni quiénes serán en el futuro.
Ellos lo saben mejor que usted. Déjelos que ellos decidan lo que les interesa.
No los fuerce a que entren en el oficio familiar o en algún tipo de negocio
porque la familia lo haya estado haciendo durante generaciones. Estos niños no
serán seguidores en absoluto.
Consejos para la relación con Índigos
• Los Índigo son abiertos y honestos - esto no es una
debilidad, sino su mayor fortaleza. Si no son honestos y abiertos con ellos,
ellos seguirán siendo los mismos con ustedes: sin embargo, no los respetarán.
• El aburrimiento puede traer arrogancia en los Índigos, así
que no dejen que se aburran. Si actúan con arrogancia, significa que necesitan
un nuevo desafío y nuevos límites. Alimente sus cerebros y manténgalos ocupados
de la mejor forma posible.
• Los padres, maestros y auxiliares tienen que ser capaces
de establecer y mantener límites claros, y sin embargo, lo suficientemente
flexibles para cambiar y ajustar esos límites cuando sea necesario, basados en
el crecimiento emocional/mental, pues los Índigos crecen rápido. Ser firmes,
pero justos, es necesario para el bien de ellos y el nuestro.
• El mensaje dado y transmitido por los adultos debe ser más
placentero que doloroso, y más basado en el amor que en el miedo.
• Mantenga al niño informado e involucrado en los asuntos.
• Evite malentendidos simplemente dando explicaciones.
• No pierda la paciencia con su niño.
• Evite dar órdenes (verbos en imperativo). En vez de usar
órdenes verbales, use el tacto para llamar su atención. Ellos son muy sensibles
al contacto (toque en el hombro, apretón de manos, abrazo, etc.)
• Mantenga su palabra
• Negocie en cada situación.
• No esconda nada ni use lenguaje ofensivo.
• Deje que sus emociones le muestren amor, y no odio.
• Si le da una reprimenda, cree situaciones de dar un
"tiempo de interrupción".
• Discuta la situación generadora de la reprimenda después
de ésta.
• Después de todo, siempre acérquesele al niño y vea si hubo
un aprendizaje y crecimiento tras la reprimenda.
• Importante: Recuerde que el castigo no funcionará con
estos niños. El castigo es diferente de la reprimenda. El castigo está basado
en la culpa, mientras que la reprimenda se basa en un crecimiento o
mejoramiento.
Problemas de los métodos educacionales en las escuelas
En la educación y al elegir una escuela, debemos tener en mente
que debemos enseñar a los niños CÓMO pensar y no QUÉ pensar. Nuestro papel no
es transmitir conocimiento, sino transmitir sabiduría. La sabiduría es el
conocimiento aplicado. Cuando le damos a los niños sólo conocimiento, les
estamos diciendo qué pensar, lo que supuestamente deben conocer y lo que
queremos que ellos crean como verdad.
Cuando les transmitimos sabiduría a los niños, no les
estarnos diciendo lo que deben pensar o lo que es verdad. En cambio, les
decimos a ellos cómo hacer para encontrar su propia verdad. Por supuesto, no
podemos ignorar el conocimiento cuando enseñamos sabiduría, porque sin
conocimiento no hay sabiduría. Una cierta cantidad de conocimiento debe pasar
de una generación a la siguiente, pero debemos permitir que los niños la descubran
por sí mismos. El conocimiento con frecuencia se pierde, pero la sabiduría
nunca se olvida.
Los viejos patrones de energía se basan en la creencia
fundamental de que los niños son simples vasos vacíos que deben ser llenados de
conocimiento por expertos, los profesores. Los profesores utilizan técnicas de
avergonzar y comparar a los estudiantes, con la idea de que eso les dará
motivación. En esta atmósfera, cualquier niño que no encaja en el modelo es
considerado un niño problemático.
El problema con este sistema es que los niños aprenden a
suplir su necesidad de atención y reconocimiento de forma negativa.
Extractos del libro Los Niños Índigo de Lee Carroll y Jan Tober, ediciones Obelisco.