Los Neamh-mairbh son vampiros asociados a la nigromancia. Según anotan los estudiosos, nadie puede convertirse en un Neamh-mairbh si antes no logra dominar las artes negras. Los druidas eran sus enemigos implacables, aunque muchos Neamh-mairbh eran, en realidad, druidas caídos, es decir, magos y sacerdotes que habían caído bajo el poder seductor de la nigromancia.
Hay pocos vínculos entre los Neamh-mairbh y los vampiros del romanticismo, y menos aún con los acartonados vampiros victorianos. Las descripciones mitológicas de los Neamh-mairbh nos hablan de entes abominables, sanguinarios, que inician su vida de ultratumba masacrando sus pueblos natales, arrasando con sus familias y conocidos, y luego expandiéndose a otras regiones.
La fisionomía de los Neamh-mairbh varía de mito en mito, pero todos coindicen en describir una entidad descomunal, de más de dos metros de altura; de rostro deformado por las inclemencias de la tumba, con la piel cubierta de pústulas nauseabundas. A veces se menciona la carencia de algún miembro, explicando luego que los Neamh-mairbh suelen entretenerse masticando sus extremidades en las horas de ocio subterráneas.
Las crónicas medievales advierten que los hombres comunes no pueden matarlos. Sólo los héroes, es decir, hombres semidivinos o nobles -integrantes de castas que siempre incluían alguna divinidad menor- pueden ajusticiarlos, pero siempre bajo la tutela de los druidas, quienes conocían los momentos propicios para encerrarlos en sus tumbas.
Dejando de lado la cuestión de los héroes, matar a un Neamh-mairbh era un asunto de rutina. Una vez descubierto su escondite no había demasiadas resistencias de parte del vampiro. La operación consistía en atravesarle el corazón con una estaca de madera de fresno, luego enterrarlo boca a abajo, rodear el sepulcro con espinas y, finalmente, sellar la tumba con un dolmen.
Las conexiones entre la leyenda de Abhartach, un terrorífico Neamh-mairbh, y el Drácula de Bram Stoker; nexo interesante que hecha luz sobre algunas características del conde más célebre de Rumania.
Etimología de Neamh-mairbh
La etimología de Neamh-mairbh es muy interesante, debido a que lo ubica como uno de los vampiros indoeuropeos más antiguos de los que se tenga conocimiento. La palabra Neamh desciende del irlandés medio Nem, y éste del irlandés antiguo Neb. Significa: “No”, y su función consiste en resaltar una cualidad ausente. Por otro lado, Mairbh proviene del proto-céltico Marwo y del irlandés antiguo Marb. En lo concreto significa: “Muerto”, y es aplicable tanto a la muerte física (cadáver) como a la muerte espiritual.
Por lo tanto, Neamh-mairbh significa No Muerto; una de las definiciones del vampiro por excelencia.