Roshi Kapleau estuvo de acuerdo en educar a un grupo de psicoanalistas sobre Zen. Después de ser presentado al grupo por el director del instituto analítico, el roshi se sentó tranquilamente sobre un cojín colocado en el piso.
Un estudiante comenzó. Se inclinó ante el maestro, y luego se sentó en otro cojín a pocos metros de distancia, cara a cara a su profesor.
“¿Qué es el Zen?”, preguntó el estudiante.
El roshi sacó un plátano, lo peló, y comenzó a comer.
“¿Eso es todo? ¿No puede usted enseñarme algo más?”, dijo el estudiante.
“Acérquese más, por favor”, contestó el maestro.
El estudiante se instaló y el roshi agitó lo que quedaba del plátano ante la cara del estudiante. El estudiante se inclinó, y se marchó.
Un segundo estudiante se levantó para dirigirse a la audiencia.
“¿Todos comprendieron?”, al no haber respuesta, el estudiante agregó, “acaban de ser testigos de una demostración de Zen de primera categoría. ¿Hay alguna pregunta?”.
Después de un largo silencio, alguien habló en voz alta.
“Roshi, no estoy satisfecho con su demostración. Usted nos ha mostrado algo que no estoy seguro de entender. ¿Será posible que nos DIGA qué es el Zen”.
“Si es forzoso insistir en palabras”, contestó el roshi, “entonces el Zen es un elefante copulando con una pulga”.